IMPLANTOLOGÍA
¿En qué consiste y por qué se hace?
La implantología se encarga de la reposición de unidades dentales perdidas por efecto de traumatismos, caries o cualquier enfermedad, además de asegurar el anclaje de prótesis móviles. Los implantes constan de tres partes:
- Implante: Una raíz artificial de titanio o circonio que se atornilla en el hueso mandibular y sirve de soporte.
- Pilar transepitelial: Un poste que conecta la base con la parte visible del implante (la corona).
- Corona: El diente artificial presenta el aspecto de un diente natural en color, forma y tamaño.
El objetivo de este tipo de tratamiento pretende cumplir una labor funcional y estética. En primer lugar, mediante la colocación de implantes se evita que el hueso pierda densidad por los huecos dejados por las piezas ausentes, además de favorecer que el paciente pueda volver a realizar sin molestias actividades cotidianas básicas como la masticación de alimentos. Asimismo, dado que los dientes constituyen una parte esencial de nuestra imagen, un alto porcentaje de quienes se someten al tratamiento encuentran positivamente reforzada su autoestima.
¿Cuáles son las ventajas e inconvenientes del tratamiento?
La implantología soluciona el problema de fijación que tienden a presentar las dentaduras postizas convencionales. Constituye la alternativa más eficaz y duradera cuando se trata de la recuperación de piezas dentales, tanto si se desean reemplazar unidades aisladas como si lo que se pretende es la sustitución de un conjunto completo de dientes. Desde el punto de vista estético es la opción que más suele satisfacer al paciente y, dado que la colocación de implantes se lleva a cabo con carácter permanente, a largo plazo resulta también la más rentable.
¿Cómo es el proceso?
La colocación del implante suele realizarse en tres fases. En la primera se fija el soporte del futuro diente al hueso maxilar o mandibular bajo el efecto de anestesia local. La recuperación no suele ser dolorosa, si bien entra dentro de la normalidad que en los días posteriores se experimente una leve hinchazón del área. Una vez instalado el implante comienza la fase de osteointegración, que puede durar de 3 a 6 meses según la zona intervenida. Durante este tiempo el paciente puede hacer uso de una prótesis provisional antes de la inserción de la corona o diente definitivo, que suele conectarse al implante mediante el pilar transepitelial para asegurar el anclaje de la pieza y evitar la filtración de bacterias. En todos los casos es esencial respetar el tiempo de cicatrización del tejido para garantizar un resultado satisfactorio.
¿Quién puede someterse a un tratamiento de implantología?
Antes de proceder a la colocación de un implante, el experto debe cerciorarse mediante estudio previo de que el paciente posee la densidad ósea necesaria para acoger la inserción de una prótesis en óptimas condiciones.
Consejos y recomendaciones
Como norma general, durante la cicatrización y especialmente en los primeros días tras la intervención quirúrgica es preferible no fumar y evitar la ingesta de frutos secos, comidas picantes y bebidas alcohólicas, sustituyendo los alimentos sólidos por comida blanda. Por lo demás, el mantenimiento de los implantes requiere de una higiene oral adecuada, para cuyo fin se recomienda combinar el cepillado diario después de cada comida con el uso de seda dental. Al cabo de los seis primeros meses desde la colocación de la prótesis definitiva el paciente debe acudir a revisión, sometiéndose por último a un control radiológico anual para verificar el buen estado del implante.