Si tocas tu cara junto a una oreja y abres la boca podrás notar el funcionamiento de la articulación temporomandibular, combina una acción de bisagra con movimientos deslizantes. Las partes de los huesos que interactúan en la articulación están cubiertas de cartílago y están separadas por un pequeño disco que absorbe los golpes, para que el movimiento sea suave.
Poseemos una articulación a cada lado de la mandíbula, conectándola con el cráneo. Por diversas causas, como estrés, artritis, bruxismo, lesión mandibular o mala mordida, este complejo sistema puede verse alterado y comenzar a causar molestias.
Pueden ocurrir trastornos dolorosos de la articulación temporomandibular si:
- El disco se erosiona o se mueve fuera de su alineación adecuada.
- El cartílago de la articulación está dañado.
- La articulación está dañada por un golpe u otro impacto.
¿Padeces algunos de estos síntomas?
- Dificultad o molestias al morder o masticar.
- Chasquidos al abrir o cerrar la boca.
- Dolor facial, de oído o/y de cabeza.
- Dolor o sensibilidad dental.
- Bloqueo de la mandíbula o dificultad para abrir o cerrar la boca.